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El compromiso por transformar una sociedad desigual y fragmentada, que sufre brechas sociales y territoriales. El programa Servicio País pone al centro de su trabajo una gran innovación social: que la intervención se desarrolle en torno al vínculo.
Llegar donde otros no llegan, quedarse y volverse uno con la comunidad. Esa es la convicción del Servicio País.
Los 300 profesionales que ingresan cada año al programa, seleccionados de entre miles de postulantes, aceptan dejar casa y familia para aprender y trabajar durante un año en una comuna rural de Chile. Entregar todo su profesionalismo y compromiso social en el territorio no sólo transforma la vida de otros, sino que cambia sus propias vidas.
Conectar, activar y visibilizar a las comunidades y sus recursos, con las oportunidades que ofrece el propio contexto, es más que trabajar para superar pobreza y exclusión. Es la convivencia entre profesionales jóvenes con alta motivación y capacidad técnica y comunidades con grandes potencialidades, donde la forma de trabajar también es innovadora: vivir en conjunto la experiencia de la participación social, compartir un diagnóstico de los problemas locales y la motivación por enfrentarlos, trabajar por la igualdad de oportunidades y aprender unos de otros.
Nuestra Historia
En 1994, en el seno del ex Consejo Nacional para la Superación de la Pobreza, nace la idea de un programa para promover el compromiso social de los jóvenes frente a la compleja situación social que vivía el país, que aportara en redistribuir y descentralizar el conocimiento en Chile y que fuera fuente de transformaciones sociales en sectores rurales, empobrecidos y aislados, donde las oportunidades no llegaban. Así surge Servicio País.
A mediados de los noventa los jóvenes tenían pocos espacios de participación y de protagonismo en los cambios sociales que incidieran en el desarrollo de Chile. Por otro lado, en las comunas más alejadas el déficit de profesionales era dramático: tras 17 años de dictadura y reformas estructurales de la economía, la sociedad chilena evidenciaba elevados índices de pobreza, desigualdad, desintegración y demandaba un nuevo compromiso social.
En este contexto, abriendo caminos antes inexplorados, con más intuición y valentía que experiencia, las primeras generaciones de profesionales se dedicaron principalmente a conseguir recursos públicos, a instalar el Programa en las comunas, a construir confianzas y sobre todo, a gestar el vínculo que los uniría con sus territorios y comunidades de destino, vínculo que más de 20 años después sigue estando en el corazón del Programa.
En 1994 se crea la Fundación para la Superación de la Pobreza y el programa Servicio País. A fines de ese mismo año, se abrió una convocatoria para el primer grupo de profesionales que partió en marzo de 1995 a hacer historia.